miércoles, 12 de octubre de 2011

DEBUT DE FLOYD MAYWEATHER: 11-10-1996


DIEGO MORILLA ESPN.com

Recuperarse de una derrota es siempre una tarea complicada, pero siempre hay circunstancias atenuantes.
En el caso del joven debutante que caminó hacia un ring en Las Vegas la noche del 11 de octubre de 1996, exactamente hace 15 años, su derrota anterior había sido una de las pocas que había sufrido durante su larga y fructífera carrera como aficionado. Pero la victoria que estaba por saborear iba a ser la primera de una larga serie de éxitos que incluirían cinco campeonatos en una cantidad igual de divisiones, y una de las más extraordinarias historias de éxito en el boxeo mundial.
Hace quince años, un medallista olímpico de bronce de 19 años llamado Floyd Mayweather Jr. hacía su debut profesional apenas dos meses después de su última derrota oficial, que había llegado a manos del búlgaro de 27 años Serafim Todorov en las semifinales de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 por un escaso margen de 10-9 en un combate que fue dominado por el joven peleador estadounidense. El siempre controvertido sistema olímpico de anotaciones fue culpado por otra injusticia, pero Mayweather estaba ahora en camino a un territorio en el cual su tremenda velocidad, su impecable defensa y su poco apreciada potencia lo ayudarían a encontrar el camino a la victoria con un mínimo de controversia.
Y el comienzo de su búsqueda de gloria fue tal como se esperaba. Su desventurado oponente en su primera aparición en el mundo del boxeo profesional fue un desconocido Roberto Apodaca, que fue anunciado antes del combate como un peleador con 2 victorias y una derrota.
Mayweather se tomó apenas unos minutos para realizar su transición desde los largos jabs anotadores y derechas en punta que prefería usar en sus años de amateur, y para la segunda mitad del primer asalto ya estaba conectando combinaciones desde todos los ángulos. Pronto, un gancho de izquierda encontró su camino hacia el hígado de Apodaca, y éste se derrumbó en el rincón de Mayweather para un conteo de ocho segundos. Él sobrevivió a duras penas ese round, y con un objetivo ya en mente, Mayweather continuó su buena labor anterior con el campanazo inicial del segundo asalto, dispuesto a haber escuchado ese sonido por última vez aquella noche. Y lo logró.
Luego de que un sonoro gancho de izquierda doblara a Apodaca en posición fetal y lo envolviera en una manta de dolor, Mayweather pudo celebrar su primera victoria profesional en una carrera que lo ha puesto en camino al Salón de la Fama del Boxeo y probablemente hacia una de las carreras más lucrativas en la historia de este deporte.
Su debut también tuvo algo del drama familiar que lo acompaña hasta hoy. Viniendo de una familia de peleadores que incluye a su actual entrenador y dos veces ex campeón Roger, así como su tío y retador de segunda categoría Jeff, Mayweather logró tener a ambos en su rincón para su primer combate rentado, pero su padre homónimo (que a la sazón fue también su primer entrenador) faltó notablemente a la cita de esa noche, por estar en prisión debido a una sentencia relacionada con el tráfico de drogas. Las palabras de aliento de Mayweather para con su padre y mentor antes de la pelea, en la que prometió continuar peleando hasta tener suficiente dinero como para que su padre "no tenga que comer sándwiches de mortadela el resto de su vida", pronto se transformarían en parte de un intercambio de palabras que han incluido momentos bizarros, hilarantes y amargos a lo largo de una relación tormentosa sin final a la vista.
Y el arma elegida por Mayweather en este choque continuo con su familia también comenzaba a afilarse. Una breve entrevista posterior al combate realizada por el entonces comentarista de ESPN Al Bernstein muestra a un tímido Mayweather Jr. en lo que sería el primer entrenamiento público del "tercer puño" que lo transformaría en un personaje tan temible en el ring como fuera de él. Porque a lo largo de los años, la boca de Mayweather se ha transformado en un arma tan letal como cualquiera de sus ganchos o cruzados. Así como ha dominado el arte de superar con su boxeo a cualquier estilo de oponente que le han puesto enfrente hasta ahora, él ha encontrado también la manera de hablar hasta hacerle creer a todos su enorme grandeza primero, y luego dejar que sus acciones en el ring certifiquen sus dichos. Como autopublicista consumado, él llena los cada vez más grandes vacíos entre cada una de sus peleas con comentarios que van desde lo auténticamente inspirado hasta lo casi delirante.
En una carrera en la cual un descanso de seis meses es considerado normal en el nivel de campeonato, Mayweather se las arregla para mantener la tinta corriendo con provocaciones verbales que rivalizan en efectividad y explosividad con cualquiera de sus hazañas en el ring. Su serie de reality "24/7" en HBO ha crecido hasta transformarse en un género propio, produciendo casi tantos titulares y comentarios como sus peleas. Ningún otro deporte podría sobrevivir con tan poca acción como el boxeo de campeonato de hoy. En el caso de Mayweather, estamos hablando de un promedio de 30 minutos de acción boxística pura por año durante los últimos cuatro años, y los largos períodos de tiempo entre cada uno de estos eventos necesita llenarse de algún modo. Mayweather, probablemente como ningún otro peleador antes que él, lo sabe, y ha desarrollado un sentido del tiempo y del ritmo para sus comentarios que solamente puede ser derivado de su incomparable sentido del tiempo, el ritmo y la potencia pegadora que ha desarrollado en el cuadrilátero.
El sol fue cayendo, y la cartelera de boxeo al aire libre de aquel 11 de octubre de 1996 en el Texas Station Casino (encabezada por una defensa de título por parte del también talentoso y locuaz Johnny Tapia) llegó a su final. Mucha agua ha pasado bajo el puente desde entonces. Saliendo apenas de su adolescencia, Mayweather enfrentaría a un veterano de 40 peleas y apenas una sola derrota como Genaro "Chicanito" Hernández dos años más tarde y anotaría un nocaut técnico en siete asaltos para ganar su primer título mundial en la división ligero junior. Cuando se le preguntó sobre la grandeza de sus logros en una edad tan joven, Mayweather desestimó la comparación con uno de sus renglones inmortales: "yo comencé a boxear cuando tenía ocho años. Si hubiese pasado todo este tiempo cocinando hamburguesas hoy sería dueño de un McDonalds".
Poniendo de manifiesto esa actitud de trabajador del ring, Mayweather defendió su título apenas dos meses después ante un Ángel Manfredy en plena racha ganadora, y procedió inmediatamente a destruir a la división de las 130 libras con una cadena de ocho defensas que incluyó una memorable serie de dos combates con José Luis Castillo, superando una lesión en el hombro para alzarse con una controvertida victoria por puntos. Él borraría luego esa controversia con un triunfo más decisivo en la revancha (la única revancha que ha dado hasta ahora), y desde entonces las controversias han sido pocas y demasiado aisladas para el Artista Anteriormente Conocido como Pretty Boy y ahora simplemente rebautizado como "Money". Los nocauts y las tarjetas de seis puntos de ventaja se transformaron en la norma, con solamente el también legendario Oscar de la Hoya arreglándoselas para acercarse hasta tres puntos en una sola tarjeta ante Su Majestad Don Dinero.
Pero su fama y su estatus como la alta realeza del boxeo puede llegar a ser puesto en las sombras de la historia si su esperado combate ante el rey de los listados libra por libra Manny Pacquiao no se realiza. El dinero que está en juego es lo suficientemente grande como para garantizar que la pelea se hará algún día, así como se garantiza que la negociación previa a la pelea estará a la altura de la pelea misma en toda su ferocidad. Pero si él se las arregla para alcanzar la victoria en esta pelea definitoria para su carrera, él se asegurará un lugar en la historia del boxeo y estará firmemente encaminado hacia la gloria. Un camino que comenzó bajo una clara noche de octubre en Las Vegas hace unos 15 años, y que todavía camina con fuerza hacia el futuro más inmediato.